Ríe hasta que te duela la barriga, salta más alto que nadie, baila bajo la lluvia, disfruta de cualquier tontería, rebózate en la arena, sal a la calle,tírate a una piscina con ropa, cómprate esos zapatos que tanto te gustan, haz el tonto, escucha esa canción todas las veces que haga falta, olvídate de los problemas, se feliz, por cada lágrima pon una sonrisa, espanta a las palomas de un parque, sé diferente, vive tu vida, llama por teléfono y estate 3 horas hablando, sáltate las reglas, pon la música tan alta que moleste al vecino, usa el perfume más caro, ponte guapa. Piensa que la vida esta para vivirla no la malgastes preocupándote de absurdos problemas que nada tienen que ver contigo, disfruta con cada persona que conozcas, con cada locura..
-La vida no se mide en minutos que respiras.Se mide en momentos que te dejan sin aliento.
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jueves, 27 de enero de 2011
sábado, 15 de enero de 2011
Snow
Y de pronto sucede.Te das cuenta de que nada es lo mismo.De que el pasado es pasado y no va a volver, que lo que dijiste ayer va a quedar escrito a fuego en ese papel al que llaman "tu vida".
Que nadie piensa en el mañana, que sólo viven el presente, ni si quiera piensan que puede pasar dos segundos después de haber cruzado ese semáforo en rojo.Lo hacen y ya está.Porque la vida nos obliga a vivir deprisa, acelerando de 0 a 100 en dos segundos, sin pensar en las consecuencias, porque sabes que algo ha cambiado, tú has cambiado.
Quizá vaya siendo hora, de soltar el freno y pretar.Si, desgastar el acelerador.
¿No crees?
*Las fotos son de hoy, hemos pasado el día en Sierra Nevada(Granada) aprendiendo snow!
:)
domingo, 9 de enero de 2011
Dejarse llevar, suena demasiado bien.
Rie cuando salgas por la puerta aunque sepas que el lugar al que vas no te gusta. Rie cuando te caigas, cuando te hagas daño, así es más fácil recuperarse. Rie cuando suspendas, ya habrán más examanes. Rie cuando te equivoques, un error lo tiene cualquiera. Rie, puede que alguien necesite que se le contagie una sonrisa. Rie cuando pienses en esa persona, y no importa si te pasas todo el dia riendote.
lunes, 3 de enero de 2011
cuando ella cruza por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo
No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas... ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso y gesto que da. Pero además la he visto seria, ser ella misma.. y en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de que, mírala cómo bebe las cervezas, y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse. Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre. Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte: venga, hazte un peta y me lo cuentas. No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo soy la primero que entiende, que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también la veo. Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices, y el sitio que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas, y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones, y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no sólo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada.
Porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna y mira que hay tontos enamorados en este mundo.
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista. Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "Mira sí, un polvo es un polvo", y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y sólo los sueños pueden posarse sobre las "cinco" letras de su nombre. Que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo, sobre la misma. Que razones tenemos todos... pero yo, muchas más que vosotros.
Por eso, eso que me cuentas de que, mírala cómo bebe las cervezas, y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse. Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre. Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte: venga, hazte un peta y me lo cuentas. No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo soy la primero que entiende, que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también la veo. Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices, y el sitio que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas, y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones, y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no sólo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada.
Porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna y mira que hay tontos enamorados en este mundo.
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista. Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "Mira sí, un polvo es un polvo", y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y sólo los sueños pueden posarse sobre las "cinco" letras de su nombre. Que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo, sobre la misma. Que razones tenemos todos... pero yo, muchas más que vosotros.
domingo, 2 de enero de 2011
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Estamos locas, nos comportamos como crías, gritamos, jugamos, nos miran, se ríen, nos critican, ¿y qué?, somos felices que es lo que importa, estamos juntas que es lo que vale, nos queremos que es lo que cuenta, disfrutamos que es lo que necesitamos, nos apoyamos que es lo que nos hace fuertes, lo demás no importa, no vale, es algo insignificante, buscan nuestro punto débil, es inútil, siempre fallan, son críticas y hay que aceptarlas, pero no tenemos por qué dejarnos llevar por ellas, si nos critican que nos critiquen, si nos miran que nos miren, si nos juzgan que nos juzguen, son libres de hacerlo y nosotras libres de seguir siendo felices.
Gracias por este 2010, pero recordar que un final tan solo es el principio de un nuevo comienzo.
Osquiero.
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